jueves, 9 de junio de 2011

"Memorias de una niña antigua"

 
                                             Susa 1957                                               

Supuestamente nací algún día, aunque yo no me acuerdo.
En esa época, uno no nacía, lo traía la cigüeña,  así sin más, sin sexo, sin fotos, sin ecografías, con suerte en algún momento de su vida se descubriría en alguna foto antigua, eso sí, en blanco y negro, el color aún no existía.
Hay alguna documentación gráfica de mi tierna infancia, algunas fotos en sepia, en las que aparece algo así como un bebé de no se sabe cuánto tiempo, si es hembra o varón, no se veían los colores, así que daba igual. Los lazos eran tono sepia, los faldones , los pelos, aunque con el paso de los días hicieran todo lo posible por dejar bien claro quién pertenecía a cada grupo claramente diferenciado e inamovible, el que nacía varón era un machote para toda la vida, aunque le gustaran los tacones  y las joyas, más que a Sara Montiel. Y las hembras, las mujeres, siempre discretas, sumisas, femeninas, sin salir de su papel ni un ápice, porque nadie lo iba a perdonar.
Así empecé a pervivir, imagino, entonces se era bebé hasta que empezabas a asistir al colegio, si es que tenías ese privilegio, porque no eran todos los niños los que podían.
Ahora dicen los científicos que los fetos escuchan cuando están en el vientre materno, pues yo no me enteré de "na", no sé en qué estaría entretenida por esos mundos.
Tampoco teníamos tantas cosas como los bebes de ahora, a lo mejor por eso somos más raros los de esas épocas, no había juguetes con medidas  especiales de seguridad, ni remotamente en España habíamos oído hablar de "Fisher-Price" o como quiera que se llame,  por no haber ni había plástico, lo inventaron después, al menos aquí en España, todo llegaba más tarde que en el extranjero.
No sé a quién se le ocurrió que viviéramos en condiciones tan precarias, sin plástico, sin nevera, o frigorífico, sin lavadora, sin televisión ( el ordenador ni soñarlo), o sea sin "na de na". Todos aburridísimos, esperando a ver si a alguien se le ocurría inventar esas cosas que además se les ocurrían a los extranjeros aquí me parece que a lo más que hemos llegado a  inventar ha sido la fregona, y el "chupa-chups", dos avances importantísimos en este siglo, no quiero ni imaginar que hubiese sido de la humanidad sin "chupa-chups" ¡un horror, un desastre total¡.
Pero bueno estábamos entretenidos, sobre todo los mayores, todo el día trajinando. Como no existía el frigorífico, o la nevera, como la llamaban en mi pueblo, había que comprar enormes barras de hielo o de nieve, como la llamaban en mi pueblo, en mi pueblo siempre se llaman las cosas de otra manera que en los demás pueblos y por supuesto que en China, por poner un ejemplo de otro sitio.
Pasaban unos carros tirados por mulos y vendían las barras de hielo por las casas, esas barras, que como yo era muy chica no sé dónde las metían, en un mueble especial de la cocina, me parece.
Y la leche no venía en botella, que va, ni en brick, en cartón le llaman en mi pueblo a eso, venia de la vaca de toda la vida directamente a tu puerta, en otro carro o luego en moto, en unas cantaras que traía el lechero, y te la despachaba en la puerta de tu casa, servicio a domicilio y gratis, ahora te cobran por llevarte las cosas.
Luego se hervía en una cacerola, para matar a la bacterias , y salía una nata de dos dedos de gorda, buenísima, y había que estar pendiente de la olla porque la leche  se derramaba y se formaba un escándalo en la casa..
 -¡Te dije que estuvieses pendiente.. míralo. Hay que ver ahora para limpiar esto¡
¡Vamos un desastre como nuclear ahora¡
  No me acuerdo cuando empecé a acordarme que existía, pero en un momento de mi vida, no sé con cuantos años, me mandaron al colegio, era una casa particular dónde vivían tres señoras con caras de maestras, porque antes según la cara  la gente eras una cosa u otra, no se podía tener cara de maestra y dedicarse al cine, o a vender pan, a cada cosa su cara correspondiente.
  En esa escuela había educación especial y personalizada, seriamos una veintena de niños y niñas, de distintas edades , no muy mayores, porque luego ya jamás se mezclaban niños y niñas, pero a esas edades supuestamente no teníamos sexo, o no tenían demasiado sitio.
  Tampoco sé que hacíamos en la escuela, no había bolígrafos, ni casi lápiz, pizarras y pizarrín y un trapo que le pedías a tu madre para borrar la pizarra, y sin agua,  cuidábamos el ecosistema, con una salivilla o un escupitajo en algunos casos, nos apañábamos.
Así que lo bueno es que no nos pondrían deberes, porque llegarían borrados a tu casa seguro.
Y había gratificaciones al mejor comportamiento, la señorita rifaba entre los mejores la lata vacía  de carne membrillo, que ella se había comido.
  Luego me llevaron a otro colegio de más mayor, de monjitas le decían, aunque yo las veía como MONJAS.
Yo era una niña gris, como mucho azul marino. Ahora sé que los niños a esas edades somos de colores, hay niños rosas, niñas celestes y niñas como yo, luego con los años los colores se mezclan y nos convertimos en algo como beige.
 S.M

7 comentarios:

  1. Me has hecho recordar tanto!!porque aunque nos llevamos unos anios, mi infancia no fue muy distinta de la tuya :). Leimos con Chiara tu relato, y no podia creer que no escribian en cuadernos o que simplemente se pudiera uno divertir sin ordenador o television. Me encanto lo que escribiste!!
    Ana

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  2. Susa, que lindo, sigue escribiendo...nos divertíamos mucho, la imaginación tenía mas campo de acción; yo también iba quedando como beige en esa amalgama de clan que es mi familia y el trabajo de vivir ha sido recuperar mi propio color. Susa estoy conmovida.

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  3. Manuel López-Benito
    "Nunca serás Beige mi querida hermana pequeña. La paleta de tus colores manejada por la mano de tu destino vital hace que seas un cuadro luminoso y multicolor al que seguro, cada vez que los que te rodean lo observan encuentran nuevos detalles y tonalidades nunca vistas.
    Un beso

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  4. Recuerdos para no olvidar y compartir...gracias

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  5. Gracias por tu comentario Reidi. Besitos amiga.

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  6. No me acordaba de la tensión que me producía la leche a punto de desbordarse... Genial, Susa

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  7. Gracias por tu comentario, todo un mundo de recuerdos al escribir este blog, a veces aparecen cosas que tenia dormidas en mi interior.

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